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Prensa Viernes, 24 de abril de 2020
El sector europeo del abastecimiento de agua y saneamiento ante la pandemia de la Covid-19
Escribir estas líneas, pasados 40 días desde el inicio del confinamiento debido a la pandemia por la enfermedad Covid-19, nos permite analizar en cierta medida qué se ha hecho y cómo se ha reaccionado en el sector europeo del abastecimiento de agua y saneamiento y, al mismo tiempo, nos permite avanzar algunas líneas para el futuro inmediato del sector. Inicio la disertación con una frase que viene al caso, del prestigioso historiador John Elliot cuando nos habla de la necesidad de tener perspectiva del pasado para poder formar juicios ponderados: “Y aun así, porque los hechos son complejos, porque los seres humanos no siempre actúan de manera racional, y porque el azar forma parte de todo acontecimiento histórico, siempre hay aspectos del pasado que seguirán esquivándonos”.
Pues bien, el caso que nos ocupa será un hecho histórico que se seguirá analizando en el futuro, y cuando haya perspectiva suficiente, probablemente se verá que ha existido complejidad, irracionalidad y azar para poder explicar lo sucedido. En Europa, el sector del agua y saneamiento representado en EurEau reaccionó rápido desde los primeros días de confinamiento el pasado marzo, cuando formalizamos en pocas horas un comité de crisis Covid-19 con representación de cada país, concretamente en España por la representación desde AEAS.
Haciendo mención al pensamiento anterior, la idea era trazar una senda que hiciese simple lo complejo, que tratase de llevar racionalidad a las actuaciones, y que no dependiese del azar, todo ello con el mayor consenso posible. Como he resaltado en otras ocasiones, los tres parámetros básicos de nuestra gestión, pública o privada, son Calidad, Continuidad y Asequibilidad, al ser el suministro de agua un servicio esencial y de primera necesidad para toda la población; ahora más si cabe dado el estado de confinamiento habitacional.
El primer aspecto que se quiso dejar claro es la necesidad de garantizar la seguridad de todos los empleados del sector y, al mismo tiempo, la obligación de asegurar la prestación del servicio, manteniendo nuestra tradicional y conocida vocación de servicio. Se estableció un diálogo con las instituciones europeas correspondientes, para transmitir que no hay problemas de salud relacionados con el suministro de agua potable en la red de distribución de las ciudades, ni tampoco con el saneamiento de las aguas residuales. Los actuales sistemas de desinfección aplicados en el tratamiento de las aguas de consumo, aseguran un adecuado nivel de protección ante este nuevo virus SARS-CoV-2. En consecuencia, no existe riesgo alguno ni en el consumo del agua, ni en las actividades necesarias por parte del personal de los gestores de los sistemas de abastecimiento (toma de muestras en depósitos y red, acceso y actividades en las instalaciones, reparaciones, etc…).
Este coronavirus es muy sensible a los procesos de desinfección, como el cloro y derivados, la radiación ultra-violeta, las soluciones alcohólicas e incluso el jabón común; es decir, que existen muchos tratamientos eficientes para eliminarlo o inactivarlo. Una vez iniciados los contactos entre las diferentes asociaciones nacionales -los socios de EurEau- se fueron recogiendo y trasladando varias líneas de actuación, a modo de medidas mínimas, para que se garantizase el servicio: Implementar planes de contingencia para un suministro seguro. Crear gabinetes permanentes de crisis en cada operador. Promover el reconocimiento de los gestores del sector como operadores de servicios esenciales (incluyendo también a los sub-sectores relacionados como laboratorios de agua, servicios de bioseguridad y salud ambiental, suministro de bienes, repuestos, equipos y tecnología, servicios de eliminación de lodos y residuos y, en general, todos las actividades en la cadena de suministro del sector). Justificar que los empleados de los procesos de suministro de agua y saneamiento, puedan hacerlo en equipo, con las reglas de aislamiento necesarias; por razones técnicas y de prevención de riesgos laborales, muchas de las actividades relacionadas con el tratamiento y suministro requieren la presencia de más de un empleado en un mismo lugar de trabajo. Establecer equipos humanos de back-up que permanezcan aislados en sus hogares, en previsión de casos de infección entre el personal de los centros operativos.
Proteger al personal de los call-centers, laboratorios, sistemas de información, control telemático de infraestructuras, etc… que permita la gestión eficiente sin incidencias Proteger a los consumidores vulnerables, con baja capacidad de pago; aunque esta medida ya estaba implementada mucho antes del comienzo de la crisis, implica de facto que el suministro de agua potable no se interrumpe a aquellas personas que debido a su situación económica, no puedan hacerse cargo del pago de estos servicios. Garantizar el suministro de los reactivos químicos y sanitarios necesarios para llevar a cabo con éxito la potabilización del agua y el tratamiento de las aguas residuales; no sólo de los productos de potabilización (básicamente floculantes, coagulantes y desinfectantes), sino también de geles hidro-alcohólicos, bactericidas, líquidos desinfectantes, así como de equipos de protección como máscaras, trajes, guantes desechables y otros productos y medios similares.
Reforzar preventivamente el nivel de cloración de las aguas de consumo, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de organismos internacionales de referencia. Redimensionar los puntos de control para garantizar la continuidad de los servicios de suministro y saneamiento. Suspender las interrupciones de suministro programados (cortes para trabajos de mantenimiento o reparación). En estas y otras medidas que se han llevado a cabo, prevalece el cuidado de las personas (proveedores, empleados y consumidores) y el mantenimiento del servicio esencial para los ciudadanos.
Al mismo tiempo, también se han llevado a cabo otras medidas singulares acorde al estado de alarma en cada país: Implementación del teletrabajo para personal de oficina, no asignado a operaciones de mantenimiento, reparación, averías, etc… Cierre de oficinas para los servicios comerciales. Reducción de personal en call-centers, para mantener medidas de seguridad. Suspensión de todas las actividades extraordinarias de mantenimiento. Creación de puntos de control de contingencias para garantizar la continuidad de los servicios de suministro y saneamiento. Creación de turnos para el uso de infraestructuras comunes y evitar aglomeraciones. Implementación de medidas de higiene y desinfección tanto en instalaciones como en equipos, vehículos, maquinaria y material de trabajo, de acuerdo con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Un aspecto que quisiera destacar en estas semanas ha sido la permanente colaboración entre los países europeos; en EurEau se ha creado un cuadro de mando, actualizado periódicamente, para revisar la situación de cada país y por tanto de los 500 millones de habitantes que utilizan los servicios de agua y saneamiento; básicamente para conocer si existen impactos operacionales de importancia y afecciones reseñables a nuestros clientes.
Todo ello de forma transparente, inmediata y con ánimo de ayudarnos unos a otros en la estrategia común de garantizar una gestión eficaz y eficiente. Es destacable la ayuda que una federación como EurEau aporta a situaciones de crisis como la actual, donde el benchmarking para detectar y poder inspirarse en las mejores prácticas (planes de contingencia y resto de medidas) se ha realizado de manera efectiva y prácticamente sin costes asociados. Y ahora, ¿cuáles son las medidas inmediatas en un escenario post-Covid19? Pues bien, se han detectado una serie de líneas de mejora, entre las que destaco las siguientes:
-Los operadores de agua en Europa actualmente invierten alrededor de 45.000 millones de euros anuales.
-En EurEau se reconoce la necesidad de responder a la pandemia con un fuerte Plan de recuperación económica a nivel de la Unión Europea, y se respalda la idea de incluir al sector del agua en dicho Plan. Hay que medir los efectos de la pandemia en cuanto a la capacidad para mantener los planes operativos existentes y los compromisos adquiridos en inversiones, debido a las posibles caídas significativas de los ingresos por facturación (menor consumo).
-Los apoyos financieros deben utilizarse de manera que los elementos claves del recientemente aprobado Green Deal avancen de manera sostenible. En ese avance e impulso, deben mantenerse vigentes los principios de Recuperación de Costes y de Quien Contamina Paga, según los artículos 7 y 9 de la Directiva Marco del Agua.
-Igualmente para seguir evitando que sustancias nocivas lleguen a las plantas de tratamiento de agua residuales, debería continuarse con los esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor.
-En situaciones como la actual, se pone de manifiesto el tremendo esfuerzo que se ha realizado en el sector para avanzar en la sostenibilidad de nuestras infraestructuras, en la resiliencia de las mismas y en la búsqueda constante de la eficiencia.
Finalizo destacando que debemos sentirnos orgullosos de lo que estamos consiguiendo, y esperemos que un análisis futuro no detecte -aludiendo a lo que comentaba al principio del artículo- ni complejidad, ni irracionalidad, ni azar en nuestras respuestas.
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